Melissa Rodríguez, una joven química estudiante de doctorado en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITSEM), creó una tecnología para superar las carencias de los sistemas de monitoreo institucionales y hacer frente a la contaminación de las fuentes de agua mexicanas. Creó y patentó su biosensor para detección de compuestos fenólicos y fundó en agosto de 2012 la empresa Biosensores de Monterrey S. de RL. con vistas a su fabricación industrial y comercialización.

Esta innovadora de solo 24 años, que lidera la célula de incubación de Biosistemas Integrados e Inteligentes del ITSEM, ha creado un biosensor enzimático capaz de detectar compuestos fenólicos en el agua, moléculas que se encuentran en los vertidos de muchas industrias químicas y cuyas repercusiones para la salud van desde irritaciones hasta daños en el sistema digestivo.

Estos detectores van acoplados a un sistema informático inteligente que, según Rodríguez, permite al usuario "acceso dinámico a la información recolectada, formando así una red sensorial de monitoreo inalámbrica, integrada por diversas estaciones".

A diferencia de otros sistemas, este no solo mide los parámetros más comunes como el pH, la temperatura o la conductividad, sino que gracias a la incorporación de biosensores también puede detectar la presencia de "contaminantes de importancia para la salud como los compuestos fenólicos, bifenilos policlorados, colorantes, etc.".